Mi esposa no me dejó jugar fútbol hasta que le di su mañanero, tuve que complacerla hasta que ella tuviera un orgasmo
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Era una mañana como cualquier otra, el sol apenas iluminaba la habitación cuando me preparaba para salir a jugar fútbol con mis amigos. Sin embargo, mi esposa tenía otros planes. Con una mirada traviesa y una lencería tentadora, me dejó claro que no me dejaría salir sin cumplir primero con nuestro ritual matutino. Su piel suave, su cuerpo ardiente y sus gemidos placenteros me hicieron olvidar por completo el partido. Lo que empezó como una simple despedida, terminó en un encuentro lleno de pasión y deseo incontrolable.
Transcripción de vídeo
¿Listo para donde? ¿No te estabas bañando para nuestra cita?
¿Qué cita? No, no, te dije que iba a ir a jugar a la cancha ahí con los amigos, al fútbol.
Espera... ¿Qué? ¿Me estás diciendo que...
¿Me estás diciendo de que no vamos a salir? ¿Cuando me dijiste claramente que íbamos a salir?
No, no, no te dije que íbamos a salir.